martes, 10 de diciembre de 2019

SEPA QUE ERRORES NO COMETER SI TIENE UNA EMPRESA FAMILIAR - PARTE 2


Un negocio familiar se puede ver como una gran oportunidad. Heredar una empresa de éxito suele suponer adquirir también sus clientes y unas cuentas favorables. Sin embargo, su gestión puede ser un problema si no tenemos los conocimientos necesarios para desempeñar las funciones de dirección. Según varios expertos en economía de empresa, aproximadamente el 80% de las compañías no superan la tercera generación.
Hablamos de una empresa familiar cuando la familia es la propietaria del negocio y desempeña las funciones directivas y ejecutivas. Para que la empresa tenga continuidad es necesario que la transición de generación a generación se haga de manera correcta. El cambio de presidencia de una empresa no es una cosa sencilla, requiere de mucho tiempo para que la persona que se va a hacer con la dirección tenga los conocimientos necesarios para desempeñar bien su trabajo. Lo idóneo es que la transición se haga diez años antes de que la máxima autoridad deje el puesto, es decir, es ideal que se haga poco a poco para que la persona entrante conozca todos los entresijos, y pueda tantear el terreno.
Estos son los principales errores que se cometen en las empresas familiares.
1.) Empresas muy personalistas. Uno de los principales problemas que surgen a la hora de traspasar la presidencia de una empresa es el escaso conocimiento de la misma por parte del sucesor. Esto pasa, a menudo, cuando la empresa es gestionada principalmente por una persona hermética, que no delega y que concentra toda la gestión, sin mostrarle a los demás el día a día de su trabajo. Es importante contar con gente de confianza que conozca el negocio y sepa su funcionamiento.
2.) Sucesor no preparado. Va íntimamente ligada a la anterior. Como no sabemos cuándo va a ser necesario el traspaso de poderes, el sucesor tiene que estar listo para actuar. Deberá tener conocimientos amplios sobre el negocio, desde el estado de las cuentas hasta los proveedores y el número de trabajadores.
3.) No confundir propiedad con gestión. No es lo mismo ser presidente que director; se pueden ejercer ambos cargos pero no necesariamente. El número uno de la compañía no tiene por qué ser quien hace las cuentas o paga las nóminas. Las funciones han de estar muy bien definidas. La separación de poderes profesionalizará la empresa y la llevará por buen camino.
4.) Puestos de trabajo innecesarios. Es otro de los errores más comunes. Una empresa familiar es un negocio, no una empresa de contratación. El objetivo es hacerla crecer y conseguir los mejores resultados. Tan malo es crear puestos innecesarios para dar trabajo a la familia como despedir a trabajadores válidos para buscar huecos a hijos, primos, sobrinos y amigos. Tenemos que ser estrictos. Los contratos deben hacerse solo a los familiares que lo merezcan y que sean competentes.
5.) Falta de profesionalización. Puede suceder que la persona que va a quedarse con la empresa no sepa nada del negocio, que esté poco preparada o que sencillamente no sepa gestionarla. En las empresas familiares es común pretender que un hijo o un sobrino coja las riendas sin cuestionarnos si es la persona adecuada. Existe la creencia de que es preferible que las cosas queden en casa, aunque en realidad eso puede ser un error. No debemos dejarnos llevar por lazos afectivos ni por la consanguinidad, sino que tenemos que tener un proyecto sólido para que la entidad continúe con quien esté más preparado. De no hacerlo así, podemos perder la credibilidad de cara a los empleados.
6.) Mezclar vida laboral con profesional. Es uno de los principales conflictos en las empresas familiares. Debemos evitar conversaciones laborales en el ámbito familiar, nada de hablar de trabajo tanto si los resultados son buenos como si son malos, porque no desconectamos. Si no lo hacemos podemos llegar a tener muchos problemas porque una empresa sufre muchos altibajos. Hay que diferenciar las dos facetas; será bueno para nuestra salud mental.
7.) No contar con una asesoría externa. En ocasiones viene bien considerar la opinión de una tercera persona que sea ajena a la compañía y que evalúe los problemas con la cabeza fría. Contar con una asesoría y gestoría externas ayudará a ver las cosas más claras y actuar sin dejarnos llevar por las emociones. Una opinión experta externa nos puede ayudar a resolver conflictos y a tomar decisiones que desde dentro son difíciles de desbloquear, dado que tenemos lazos afectivos, y somos subjetivos. Puede se una manera de evitar el conflicto.

En el Perú, el 80% de las empresas peruanas tienen origen familiar y contribuyen con el 40% del PBI, señaló César Cáceres, docente del programa especializado en Retos de la Empresa Familiar de la Universidad de Piura (UDEP).
Sin embargo, advirtió que solo el 30% de las empresas familiares pasan a la segunda generación, y de estas sólo el 15% pasan a la tercera generación.
“El principal motivo por el que las empresas familiares no pasan a las siguientes generaciones, es porque no tienen preparado un plan de sucesión. Sus prácticas para entregar el timón del barco al siguiente capitán, no son adecuadas”, señaló.
Inclusive refirió que en muchas ocasiones, los familiares de la primera generación no se atreven a nombrar a un nuevo “capitán del barco” y terminan cerrando la empresa o vendiéndola.
En ese sentido, manifestó que los principales retos para las empresas familiares son:
- El buen manejo de los conflictos originados por el negocio y los recursos disponibles para que no afecten a las relaciones familiares.
- El manejo de las finanzas familiares, separado de las finanzas empresariales. Es común que se mezclen ambos ámbitos y que se crea que este sistema mezclado genere ahorros. A largo plazo, generará graves inconvenientes económicos y tributarios.
Pero ¿cómo debe manejarse el directorio de una empresa familiar? Pues el especialista consideró que todas las empresas familiares deberían contar con un directorio.
“Este tendrá su propio ámbito de acción. En el directorio se verán las inversiones y otros temas de largo plazo. Es bueno contar con uno o dos directores independientes (dependiendo del tamaño de la empresa o del número de miembros de la familia en el directorio)”, explicó.
Manifestó que la visión imparcial del director independiente es necesaria para el avance sin sesgos de los negocios familiares.
Para aquellas empresas familiares que aspiran a compartir el accionariado, recomendó que lo mejor es establecer ramas, de acuerdo con el número de miembros de la segunda generación.
“Es decir, si hay cuatro hijos, se establecen cuatro ramas, con el 25% de la propiedad en cada una. Y de ahí en adelante, cada rama dividirá su parte de la propiedad entre los miembros de su propia rama”, precisó.
Cáceres detalló que existen muchos casos de familias empresarias exitosas en Perú y que han sabido dejar en herencia, no los negocios familiares, sino la ‘vena emprendedora’ para hacer nuevos negocios.
“Y por supuesto, luego han dejado en manos de estos nuevos y competentes emprendedores de segunda generación, las riendas de los negocios principales. Estas familias, más que cuantitativamente exitosas, son cualitativamente exitosas”, culminó.

Para evitar los errores más comunes de las empresas familiares es importante que la persona que vaya a ponerse enfrente de la entidad esté preparada. Además, tiene que conocer a fondo el negocio y también dejarse aconsejar. Las familias que trabajan juntas deben separar la vida personal de la profesional, los negocios pasan por muchas fases y una mala época puede lastrar la relación afectiva.
https://marcas.eleconomista.es/estar-donde-estes-negocio/noticias/9828483/04/19/Los-errores-mas-comunes-en-un-negocio-familiar.html
https://gestion.pe/economia/empresas/empresas-familiares-peru-30-pasan-segunda-generacion-236525-noticia/

No hay comentarios:

Publicar un comentario