¿Crees
que al mandar a tus hijos al colegio, aprenderán todo para vivir como adultos
responsables? ¿Estarán hechos para crear su propio capital? Las dudas
aparecen en nuestras cabezas. Una buena educación financiera para nuestros hijos no es difícil de hallar, es
prácticamente imposible de encontrar. Quizás quienes apunten en la universidad
a alguna carrera como Administración de Empresas o Economía, sí puedan recibir
una buena educación financiera, aunque ni siquiera en estos casos, se
puede dar por hecho que así sea.
EL
COLEGIO
Es el
primer día de clases en la primaria para tu hijo. Tendrá 6 años completos en
los que aprenderá sobre lenguaje, historia, matemáticas y otras materias.
Aprenderá a sumar, restar, multiplicar, dividir. Ya en secundaria, los
conocimientos se harán más complejos. Conocerá los elementos de una tabla
periódica, cómo hallar el coseno de un triángulo, identificará el nombre de un
río en la lejana África, etc. Pero algo que nunca le enseñarán es a manejar su
dinero.
LOS
MEDIOS DE COMUNICACIÓN
No
obstante, tienes la esperanza que la televisión, radios, diarios e Internet
brinden la educación financiera que tanto le hace falta a tu hijo. Prendes tu
TV y una andanada de muertes aparece ante tus ojos, abres un diario y el
espectáculo es similar. La radio, inundada de candidatos políticos, e Internet,
parece, por ahora, únicamente servir para comunicarse con amigos y familiares.
Y la educación financiera, aquella que nos impedirá estar parados en una
esquina con una gorra en la mano, continúa ausente.
LA
EDUCACIÓN FINANCIERA PARTE DE CASA
Te das
cuenta que el único camino es que tus hijos aprendan
de finanzas en
casa. Pero, ¿qué hacer si tampoco sabemos de finanzas? Compramos algunos
diarios económicos, revisamos información en Internet, y evitamos los ruidos
generados por los medios. Hemos aprendido algo de finanzas, ahora es momento de
dárselo a nuestros hijos, desde lo más simple:
§ Ya no le des
propinas para que se compre algo que se le acaba de antojar, entrégale una
asignación de dinero semanal o mensual.
§ Que esa
asignación semanal dependa de resultados concretos (como una
empresa): que ordene su habitación, que haga algunos mandados, que bañe al
perro, etc.
§ Que se acerque
a nuestro negocio, que no le tema. No se trata que en el futuro se
desempeñe en lo mismo que nosotros, sino más bien, que le demos las
herramientas necesarias para que conozca de gestión y administración.
§ Llévalo contigo al
banco, a la SAB, a tus propiedades en alquiler, que se entere que esos
instrumentos le permitirán llevar una vida más cómoda que el simple hecho de
tener un empleo.
No hay nada
mejor que luego de entregarle su asignación correspondiente, nuestro hijo
comience a ahorrar para comprarse algo especial: una computadora, una
bicicleta, un auto, o ¿quién sabe, acciones tal vez?
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