Uno de los mitos más grandes
cuando se habla de tiempo libre es la creencia de que se trata de un espacio
para hacer nada, o por lo menos nada provechoso. Cuando se terminan las
obligaciones laborales y familiares, se pasan –por no decir “se desperdician”—
largas horas de la vida frente a un televisor haciendo zapping, durmiendo más
allá de lo necesario o navegando por Facebook.
El tiempo libre en realidad es un
espacio, a veces muy escaso, que bien aprovechado puede ser la única fuente de
cultivo personal, ya sea a nivel físico, intelectual o espiritual. Es decir,
ocio no es lo mismo que ociosidad.
Este concepto no es nuevo ni es
el invento de alguna secta zen moderna. Ya desde los tiempos de Aristóteles se
entendía al ocio como un tiempo para descansar del trabajo y aprender,
cultivarse interiormente o desarrollar la personalidad. Esto no significa que
el tiempo libre debe estar lleno de actividades extracurriculares sin un
segundo de respiro, como sucede con muchos niños o jóvenes con una carga
excesiva de tareas y clases particulares. Lo que se debe tener claro es que
durante el tiempo libre debe continuar la autoexigencia, dejando de lado la
permisividad.
El tiempo libre sirve para educarse
“Entender el tiempo libre como
‘liberación’ de los principios y normas por las que uno rige habitualmente su
vida es una contradicción, es incurrir en una doble moral y en una doble vida.
Uno puede tomarse vacaciones con respecto a lo que hace (el trabajo), pero no
con respecto a lo que es o con respecto a lo que cree o lo que ama”, dice
Gerardo Castillo (docente de la universidad de Navarra y pionero en España en
la formación de orientadores familiares) en su libro “La realización personal
en el ámbito familiar”.
Es totalmente cierto. Si por
ejemplo uno quiere cultivar la virtud del orden, no se puede pretender ser
ordenado en la oficina pero no en la casa. O se es ordenado o no. Por eso, ¿se quiere
ser deportista, culto y disciplinado? Entonces se debe procurar vivir todo el
tiempo educando la voluntad para lograrlo, sin importar qué día o momento
estamos viviendo. ¿O creen que si alguien toma alcohol hasta embriagarse, se
acuesta tarde y sin hacer nada todo el mes de vacaciones o todos los fines de
semana, esa persona no está desarrollando un hábito poco productivo para el
desarrollo de su personalidad?
Algunas pautas para la educación del ocio
El tema de la educación del ocio
es muy amplio. Se pueden escribir libros completos sobre cómo puede influir el
uso del tiempo libre en el desarrollo integral de los seres humanos. Sin
embargo lo importante es tener claro cuál es el papel que juega este tiempo de
la vida en el desarrollo de las virtudes que hacen mejores a las personas.
“El tiempo libre no es un tiempo
neutro. Influye siempre en las personas que lo utilizan. Influye para bien o
para mal, según sea la forma de plantear este tiempo. Después de un fin de
semana o de unas vacaciones de verano, las personas no son las mismas, cambian,
mejoran o empeoran como personas, se enriquecen o se empobrecen”, dice
Castillo.
Podemos ver en muchos jóvenes de
hoy un ejemplo claro del efecto del buen o mal uso del tiempo libre. “Muchos
adolescentes plantean el fin de semana solo como ‘movida’. Estos jóvenes no son
dueños de su tiempo libre; no eligen libremente la forma de llenar ese tiempo,
sino que se limitan a hacer lo que hace la mayoría o lo que dicta la moda del
momento. Y eso que hacen consiste en no hacer nada, confundiendo el ocio con
conducta ociosa”, añade Castillo.
Ya sea como padres que quieren
educar a sus hijos o como personas que buscan constantemente mejorar sus
competencias personales y profesionales, se deben establecer los medios para
enseñar o aprender a descansar, a jugar y a divertirse. Así, ser responsable no
radica sólo en preocuparse por el desarrollo académico o deportivo de los hijos
o de uno mismo, sino también en aprender a cultivarse en todos los aspectos.
Para eso está el arte, la lectura, la música, los paseos al aire libre, una
buena conversación sobre temas trascendentes, entre otras tantas actividades
que ayudan a crecer y a ser mejores seres humanos.
El tiempo libre es, en la
actualidad, uno de los bienes más escasos. Hay que saber utilizarlo para
obtener el mejor beneficio. ¡Y qué mejor que sea para alimentar el espíritu de
manera sana y positiva!
fuente:
http://www.piensaprofuturo.com/articulo/como-aprovechar-el-tiempo-libre-para-el-desarrollo-personal-144?
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